¡Demasiadas cosas!
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Ash y Meg son dos urracas que acaban de construir el nido en el que vivirán con los cuatro pollitos que esperan. Mientras incuban los huevos, se preguntan si ya tienen todo lo que van a necesitar sus urraquitas cuando nazcan y deciden que no. ¡Todo es poco para sus retoños! Así que empiezan a llenar el nido con cosas y más cosas y más cosas, hasta que…
Emily Gravett regresa a las librerías con un álbum en el que los pequeños y grandes lectores reconocerán los rasgos de otros populares libros de la galardonada autora británica, como Cyril y Renata o Perros. En esta ocasión, Gravett nos invita a reflexionar con los peques sobre cómo la obsesión por acumular bienes materiales puede hacer que no veamos lo verdaderamente importante, como les sucede a Meg y Ash, que, entre tantos trastos inútiles, no pueden ver a sus preciosas urraquitas.
| Peso | 0,398 kg |
|---|---|
| Dimensiones | 22,5 × 0,8 × 26 cm |
| THEMA | YBC |
| BISAC | JUV039220 |
| Edición | 1ª |
| Encuadernación | Cartoné |
| Formato | 225 x 260 x 8 mm |
| ISBN | 978-84-9145-409-0 |
| Págs. | 40 |
Begoña –
Si no me equivoco Emily ya tiene tres libros con estos protagonistas. Hemos podido ver al ratón y al mapache en algunos de sus cuentos como ¡que ordenado! o Cyrik y Renata. En esta historia las urracas Meg y su pareja construyen un nido y es que esperan tener pronto bebés. Después de hacer el nido empiezan a añadirle cosas y cosas y es que quieren tenerlo limpio y hacerlo muy acogedor. Entonces empiezan a llevar trocitos de periódico, una escoba…al final nada les parece suficiente. por eso empiezan a buscar unos relojes de pared y añaden 4 calcetines, algunas pinzas, les llevan un osito de peluche y hasta una papelera con todo lo que había en ella… porque nunca se sabe. Al final un día el árbol cede y la rama se rompe cayendo todo al suelo encima de los huevos. ¿Lograrán encontrarlos?
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Desde luego es un libro tan real como la vida misma. ¿Cuántas veces compramos y compramos cosas que no son tan necesarias porque nada nos parece suficiente para nuestros hijos?
Hay veces que me entra ganas de regalarlo y darlo todo, y es que nuestra casa a veces parece un acumuladero de cosas.